Conferencia VIVIENDO CON LA ADOLESCENCIA

«Las conductas de riesgo son mensajes en la adolescencia»

Entrevista | vicente palomera laforga | presidente federación europea escuelas de psicoanálisis

11/05/2010 A. Gaitero | León 

Vicente Palomera imparte una conferencia en León el viernes

Doctorado en por el Departamento de Psicoanálisis de la Universidad de París VIII y presidente de la Federación de Escuelas Europeas de Psicoanálisis, Vicente Palomera Laforga ejerce como psicoanalista en Barcelona y es experto en tratar a adolescentes.
El próximo viernes ofrece en León la conferencia «Viviendo con la adolescencia» la sede de Castilla y León de la Escuela Lacaniana de Psicoanálisis en el Aula Paraninfo de la Universidad de León. Participan en el acto Mar Arias Sarmiento, psicóloga y psicoanalista, Teresa Gutiérrez, concejala de Bienestar Social, Felicidad Vega, psicóloga y maestra de Audición y Lenguaje y Fernando Martín, psicólogo y psicoanalista.
-¿La adolescencia es una etapa maldita? Familias, educadores y chicos y chicas se quejan de su tránsito…
-La adolescencia es un síntoma de la pubertad, de las transformaciones que la biología opera en el cuerpo, cambios a los cuales responde el sujeto. Frente a la adolescencia hay un no saber qué hacer. Al adolescente le falta el saber, que es como un agujero que suele provocar que las personas se angustien y a veces se metan en embrollos. Yo abordaré las conductas de riesgo de los adolescentes (botellón, velocidad en la carretera, fugas, anorexia, tentativas de suicidio…) no sólo como comportamientos, sino como mensajes de los cuales desconocemos el código. Buscan ser reconocidos, una identidad, un lugar y experimentar el sentido y el valor de la vida.
-¿Existen factores que induzcan a esas conductas de riesgo?
-Muchos jóvenes gozan de la tranquilidad de existir, pero algunos, cada vez más, se ven llevados por estos impulsos en momentos de desconfianza en la familia. Aunque cada caso tiene sentido dentro de la historia personal y de la ambivalencia de cada joven, los psicoanalistas que se encargan de ver a estos adolescentes ven en el origen de este malestar abandono e indiferencia familiar o, por el contrario, sobreprotección; padres jóvenes que se identifican con sus hijos y les hablan de tú delegando su responsabilidad de mayores. Otros son resultado de violencia y abusos sexuales o de desacuerdos muy fuertes en la pareja.
-¿No escuchan a las personas adultas o no se les escucha?
-La función de la autoridad es muy importante en esta época. No se trata de decir sí a todo, sino decir sí a sus «invenciones» y comportamientos: en libros, música… Cada sujeto trata de inventar un nuevo lenguaje porque ya no puede mantenerse el lenguaje infantil. Se reúnen en plazas, pasillos… lugares donde no haya adultos, para tener una conversación. No quieren estar con adultos pero desconocen que ellos ya son adultos. Es un tiempo difícil en el que son necesarios los sueños y a la vez tienen dificultades para soñar. Desde el psicoanálisis la adolescencia es una encrucijada en la que alguien necesita un tiempo para tomar decisiones sobre lo que no sabe: su sexo, el enigma de la vida, su cuerpo, que se presenta como algo extraño. Necesitan sentirse escuchados, no sólo corregidos, porque los ideales son bastante cargantes.
-Lo que preocupa es evitar o sortear esas conductas de riesgo sin daños… ¿Cómo se trabaja con adolescentes desde el psicoanálisis?
-Cada vez trabajamos más con adolescentes. Y no es fácil. Hay que inventar, hacer operaciones, maniobras para que entren en diálogo. A veces en grupos. No es algo que se pueda hacer desde el lado normativo.
-¿La adolescencia se alarga cada vez más?
-Sí, es cada vez más tardía porque acabar la adolescencia significa tomar decisiones: trabajar, vivir en pareja… Y no es lo mismo para los chicos que para las chicas.

 

Portada > Salud y Bienestar Social

Infantilismo generalizado

OPINIÓN | ANTONIO GARCÍA CENADOR PSICOANALISTA

«El hombre no puede permanecer eternamente niño, tiene que salir algún día a la vida, a la dura vida enemiga». (Sigmund Freud).

Freud utiliza el término pubertad para referirse al momento subjetivo de recomienzo de la vida sexual, tras el período de latencia que sucede a la sexualidad infantil. Es un recomenzar caracterizado por la maduración de los órganos genitales, verdadera crisis biológica que enfrenta al sujeto con el goce sexual, el amor y la muerte.

Se trata de un momento en el que se necesitan nuevas identificaciones que permitan al adolescente orientar la búsqueda de una respuesta a interrogantes esenciales: ¿Quién soy?, ¿Cómo ser un hombre? ¿Cómo ser una mujer? ¿Cómo relacionarme? ¿Qué quieren de mí?

He dicho orientar una respuesta porque no es fácil encontrarla. Por eso hay que hablar de un proceso identificatorio que le permita separarse de los objetos familiares y encontrar otros nuevos. Hasta ahora le servía saberse «hijo de». De ahora en adelante ha de hacerse un lugar en lo social.

¿Qué marco social ofertamos al adolescente?

Si bien cada familia tamiza y particulariza la influencia del marco social, vivimos en una sociedad que se caracteriza por el individualismo, la caída de los ideales, la anorexia intelectual, la condición de consumidores-usuarios.

A esto hay que añadir el determinismo genético. Cada día nos hablan del descubrimiento de un nuevo gen, que sería el responsable de una determinada patología.

Pero, si el hombre está absolutamente determinado ¿Cómo podría ser responsable?

El consumismo no es comprar más de lo que se necesita. Lo grave es que se presenta como la solución a todos los problemas, a todas las dificultades.

Nos vemos empujados, alentados a la satisfacción inmediata, a sustituir la responsabilidad del propio deseo por la reivindicación pedigüeña-¦en nombre de nuestro derecho de usuarios-consumidores.

Como escribió un querido colega (J. Antonio Naranjo) «Estamos en la época del despotismo irresponsable. Bajo el amparo del nuevo fetiche (la ciencia) se legisla de modo absolutista. Todo para el sujeto pero sin el sujeto».

Sin el sujeto. El mensaje que se difunde a modo de slogans, sin argumentación, sin análisis crítico (por eso hablé de anorexia intelectual), es éste: Usted no es responsable del sufrimiento innecesario que perturba o arruina su vida, son sus genes. Usted, adolescente violento, no es responsable de sus actos, se trata de una disfunción de sus neurotransmisores-¦

O, como sucedió con la violación de una menor perpetrada por un grupo de menores, se repite a coro la estupidez de «Todos somos responsables». Versión moderna del ¡Fuenteovejuna! donde nadie es responsable.

De ahí, el infantilismo generalizado.

Respuestas: Las respuestas no pueden venir de la añoranza. Aquello que «sirvió» fue válido para otras circunstancias.

Por ejemplo: «los adolescentes obedecen menos». Obedecer, consentir a las propuestas del otro, exige la creencia previa en ese otro. Pero, si antaño la autoridad venía con el cargo, ahora está en función de los hechos y prácticas del adulto, no de su discurso. Es decir, la autoridad, el respeto, hay que ganárselo.

Por otra parte, se trata de interesarse por el mundo actual de los adolescentes, por la forma en que ellos lo perciben: interesarse es escucharles sin descalificarles: «Tú, ¿qué sabrás?». «No tienes edad para pensar. «Aún no se te han caído los dientes de leche». ¿Por qué no reconocer que son capaces de opinar? ¿Por qué no escuchar sus críticas?… Si les hacemos ver que estamos dispuestos a escuchar y a discutir razonablemente sus opiniones y propuestas, se acercarán a plantear sus dudas -”porque las tienen-” o a pedir apoyo para sus proyectos.

Por el contrario, interesarse no es identificarse, no es «hacernos los adolecentes». No se trata de que los padres tengan amiguitas de la edad de sus hijas o que las madres traten de gustar a los amigos de sus hijos. Tampoco, se trata de «ser amigos de los hijos», que tienen que buscarles fuera, nuevos objetos externos al universo familiar. Lo que necesitan es que sus padres se dediquen a su vida profesional y de pareja.

 

 

 

CLÍNICA PSICOLÓGICA LEÓN | PSICÓLOGOS LEÓN CAPITAL

   Gran Vía de San Marcos 3  - 24001, León

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información. ACEPTAR

Aviso de cookies