Se tiene que perder para vivir en sociedad
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Yves Vanderveken
Por Elizabeth Arrázola
SOBRE EL CUERPO | EL ANALISTA BELGA HABLA SOBRE LA AUTOAGRESIÓN Y SOSTIENE QUE ESTA MANIFESTACIÓN PUEDE SER ENTENDIDA COMO UN RITO O UN PASAJE DESDE QUE VIVIMOS EN SOCIEDAD.
Los seres humanos somos un misterio igual de desentrañable que el universo. La ciencia apenas tiene un atisbo de cómo funciona la psicología humana, dice el psicoanalista belga Yves Vanderveken, quien llegó a Cochabamba para dar un seminario clínico sobre el «cutting», una de las manifestaciones de la autoagresión.
Vanderveken, exvicepresidente de la Asociación Mundial de la Escuela Lacaniana y actual director terapéutico del centro de acogida para niños y jóvenes belgas y franceses Le Courtil, con sede en Bélgica, explica que la psicología humana es muy compleja porque nuestras vidas están casi gobernadas por el inconsciente, por ello muchas veces hacemos cosas que ni siquiera nosotros entendemos.
¿Por qué los seres humanos nos autoagredimos?, ¿qué efectos y afectos producen los ritos, los cortes o el «cutting»?, ¿qué voces invocan y provocan con su acto? Son algunas preguntas que surgen cuando vemos las cicatrices en los brazos y rostros de los chicos que viven en las calles.
Sin duda, la piel es la zona privilegiada del Eros y el Thánatos, es donde todo pasa y todo queda, principalmente en la relación con el Otro. Es zona de abrazos, de besos, de caricias y de placer, pero también de golpes, heridas, desgarramientos y dolor. Es zona de uniones, acuerdos y pactos o de cortes y guerra, siempre con el discurso del Otro.
Vanderveken nos habla de estos temas, de la psicología humana y sobre su trabajo en uno de los centros más importantes de acogida de Bélgica, Le Courtil, una especie de última valla en casas de acogida.
OH!: ¿Cómo trabajan en Le Courtil?
El Courtil es una institución que acoge a niños, jóvenes y adultos entre los cinco y 30 años. Es una institución que acoge a personas que están en el fin de un recorrido, por decirlo así, porque no permanecieron en otras organizaciones, en sus familias o en escuelas. Son niños de Francia y Bélgica que han estado separados de sus familias. No son jóvenes con discapacidad, pero tienen trastornos de comportamiento e integración suficientemente graves como para que no puedan quedarse en familia o ir a la escuela. Algunos están al cuidado de los pseudosiquiatras. Hasta ahí, es una institución clásica. Lo que hace su especificidad es que se acompaña a los jóvenes desde la orientación psicoanalítica.
OH!:¿La autoagresión es un síntoma de esta época o es muy antigua y no estaba visualizada?
Yo me arriesgo a decir que siempre hubo. Es una marca, un pasaje para vivir en sociedad. Hay una tesis psicoanalítica y sociológica clásica que sostiene que para acceder a la vida en sociedad hay una renuncia y una pérdida pulsional del cuerpo que tiene que darse. Esa es la vida en sociedad. Se tiene que perder para vivir en sociedad. Cuando se vive en sociedad no se puede matar al vecino, no podemos acostarnos con todas las mujeres que queramos; es decir, se hace una renuncia a la pulsión del cuerpo.
La automutilación, la modificación del cuerpo, los cortes, los tatuajes, los piercings, son las nuevas formas y expresiones que toma este fenómeno, incluso reconocida como una forma de expresión artística. La clínica psicoanalítica y sus conceptos permiten ir más allá y se enfocan en la estructura del sujeto.
OH!: Desde la política, uno puede entender ese contrato social simbólico; pero desde la psicología, es más complejo.
Es un pacto social simbólico y éste exige renunciar. Hay rituales muy elaborados que hacen pasar esta operación simbólica en el real del cuerpo, como es el caso de la circuncisión, la ablación …l sufrimiento del cuerpo puesto en escena desde la sociología. Psicológicamente, hay una forma de subjetividad humana que no se inscribe a nivel simbólico y queda en lo real. Es ahí que nos encontramos con patologías de automutilación y eso se trata de una psicosis, eso es lo viejo. Lo que es nuevo, es la salida de ese fenómeno psicótico del campo de la psiquiatría.
OH!:¿Ha estado un poco complicado?
Sí. Creo que la autoagresión tiene formas sutiles que no vemos y que el «cutting» es una arista que se ve. Los cortes se ven, pero hay una pulsión en los humanos que hace que nos autoagredamos, pero también nos impulsa a vivir.
Ese es el gran descubrimiento que el psicoanálisis ha hecho. No era la búsqueda inicial del psicoanálisis, pero se descubrió en el camino. Es lo que se llama la pulsión de muerte. Quiere decir que hay algo en el ser humano, muy particular que le habita y que va contra sí.
OH!: ¿Qué puede decir el psicoanálisis sobre el «cutting»?
La mutilación del cuerpo humano
Los animales cuando quieren conseguir algo se enfocan en eso. No dan vueltas. Las hormigas pueden concentrarse en buscar alimento y trabajar en conjunto por ello.
Sí, hay algo verdaderamente específico en los humanos, por ejemplo, la violencia en los animales está a servicio de la supervivencia y la reproducción. Hay una parte de agresividad y violencia en el ser humano dirigida a sí mismo o hacia otros que no tiene que ver con la sobrevivencia, sino con satisfacerse a sí mismo. Esa es la pulsión de muerte.
OH!: Complicado…
Es complicado, pero si somos honestos con nosotros mismos, sabemos de qué se trata.
Siempre queremos pensar que el hombre es un ser racional y bueno, muy al estilo de Santo Tomás de Aquino. Prefiero la idea que tiene Hobbes sobre el hombre, es más real.
Al mismo tiempo es puro real, menos en el sueño y al mismo tiempo, como dije anteriormente, eso es lo que hace a la especificidad humana y que permite la construcción social y cultural y los inventos. Eso no se encuentra en el mundo animal. Es con esta pulsión que se puede crear la cultura. La cultura humana encuentra también sus fundamentos. Nosotros hacemos casas bonitas, pero también estamos pensando en nuestra autodestrucción. El ser humano es eso y hay que querer eso del ser humano. El psicoanálisis tiene una forma de pesimismo, pero no adhiere a las ideas de la naturaleza.
OH!: ¿Dónde queda el libre albedrío?
Tenemos la libertad de decidir y al mismo tiempo no tenemos una consciencia completa de nosotros mismos. Nosotros decidimos sólo hasta donde vemos. Hay una parte de nosotros que no se ve.
OH!: ¿Y qué no se ve?
El inconsciente. Vivimos con algo que no se ve y no se sabe, lo que hace un agujero en la plena conciencia. Es decir, nunca podemos llegar al punto de la plena conciencia. Nos gustaría hacer algo, queremos hacer algo y hacemos otra cosa.
OH!: Desde la ciencia, ¿qué se ha investigado sobre el inconsciente?
La ciencia hace investigaciones sobre el inconsciente, pero el inconsciente de la ciencia no es el del psicoanálisis. Lo que le interesa a la ciencia del inconsciente es en el fondo lo que no es consciente: la memoria, el proceso cognitivo, entre otras cosas. Entre el inconsciente de la ciencia y el del psicoanálisis hay un desencuentro irreductible. El inconsciente del psicoanálisis no es lo que no es consciente. No es lo que hemos olvidado, no es algo que existe en la profundidad del ser, sino que el inconsciente lacaniano es eso que surge, eso que se escapa. El lapsus o el acto fallido es lo que surge. Eso es lo que falla cuando se dice algo contrariamente a lo que queremos decir. Yo hago algo contrariamente a lo que yo pensaba hacer. Eso es el surgimiento del inconsciente.
OH!: ¿Cómo hace el psicoanálisis la intervención de los casos de «cutting»?
¿Qué hacer en estos casos? La respuesta es caso por caso. Esta es una época en la que el utilitarismo y la rapidez son significantes importantes. Quisiéramos racionalizar y educar sobre lo que hace sufrir al ser humano. Entonces, finalmente cada época produce ese tipo de síntomas. Si el sujeto quiere y ha dado muchas vueltas sobre lo mismo, ahí está el psicoanálisis. Lo nuevo de la autoagresión es que se toma al cuerpo como un objeto de creación. ¿Qué hacer sobre el «cutting»? Dirigida a los profesores o clínicos que están en la práctica de la toxicomanía. ¿Cómo limitar esto? La respuesta es pertinente en el caso por caso. Tal vez la solución o la vía de apertura no es una propuesta de ayuda. Y tampoco se trata de hacerle hablar de ese síntoma. La coyuntura es algo difícil. El objetivo será cómo hacer que ese sujeto quiera una relación con otro, en lugar del autoerotismo. Qué vía encontrar para que pueda querer al otro. Podríamos considerar que el «cutting» no es un síntoma, sino un cortecircuito del síntoma. Una vía de salida es favorecer que salga un síntoma, que puede ser aquello que apasiona en la vida y viene a suplir. Hay que ir a saber pescar y reconocer. Darle un lugar y acoger.
*El evento está organizado por Uyarina-Punto de Encuentro, la Nueva Escuela Lacaniana (NEL) y la Federación Americana de Psicoanálisis (Fapol).
Fuente: Los Tiempos
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